7mo Plano - CDMX

A lo largo de la historia el ser humano ha sabido que está conectado a algo mucho más grande que su propio pensamiento o interpretación de la realidad, y esa pregunta constante ¿Qué es eso más grande? ¿Cómo es? ¿Cuál es su naturaleza? Es lo que nos ha llevado a desarrollar religiones y sistemas de creencias que nos permitiera conceptualizar aquello que creemos que somos, lo que nos impide realmente reconocer que somos el reflejo del macrocosmos en un microcosmos…

Cualquier objeto que observemos en la naturaleza, e incluso de creación humana, responde a un patrón sencillo de vibración, esta vibración resulta ser solo un fractal (o un pedazo del todo) el cual respeta y se manifiesta a imagen y semejanza de la vibración original, que significa esto? Que al entender cómo funciona el cosmos, podremos comprender cómo es que funciona la vida en la tierra, e incluso encontrar la similitudes entre nuestro propio cuerpo físico, las galaxias y el universo mismo.

Cuando hablamos del universo, debemos entonces comprender la diferencia entre la luz y la oscuridad, ya que solo a partir de esa dualidad, podremos encontrar cómo es que funciona la verdad en la tierra. La oscuridad no es lo puesto a la luz, por el contrario, es la falta de ella, lo cual implica, que para poder reconocer la luz debemos siempre vivenciarnos desde la falta de ella, o mejor conocido en la tierra como la inconsciencia o la forma mas rígida de la materia, ahí es cuando entonces comprendemos la necesidad del ser humanos de vivir desde la aflicción, ya que a través de ella lograremos refinarnos en virtud y alcanzar con ello la maestría, que es la capacidad de ver más allá de los objetos mismos, es decir vislumbrar el origen de los pensamientos que materializan la realidad.

Al abrirnos a las posibilidades de como es arriba es abajo, nos permitimos tomar consciencia que lo único que realmente existe, es la constante expansión de la unidad, buscando auto conocerse desde las diferentes posibilidades, y todo lo que de esa vibración emana, es solo su auto interpretación de la realidad, y así  con ello también la propia expansión de su vibración o del universo a partir de auto observarse a través del otro.